Salimos el sábado a la mañana para la estación de TGV, Roger estaba un poco dormido (se había acostado tarde). La mañana estaba fresco dijo Sotro (tenía un huevo afuera y se le asomaba el otro). Estábamos bien preparados para el recorrido, en la mochila teníamos agua, comida y abrigo, y teníamos algunas direcciones de hosteles para decidir en cual nos quedábamos.
Al llegar a Saint-Malo empezamos a recorrer y buscar lugar para dormir. Pasamos por una feria donde vendían ropa y zapatillas, había un viejo con una pata de palo. Preguntamos por precios en hoteles, el que nos pareció barato no tenía lugar. Entramos a una iglesia sacamos un par de fotos y seguimos. Pasamos por una residencia y nos sugirieron ir a un lugar para jóvenes. En el camino pasamos por un parque, y nos paramos a sacar fotos. Inicialmente había bautizado a mi bicicleta como "Stella", pero creo que fué en ese parque donde le cambié el nombre a "negro manguera", por la fama del negro manguera de romper trastes...
Para hacerla corta fuimos a la residencia para jóvenes pero lo que nos ofrecían nos salía caro también, los locos tenían buena onda nos consiguieron un hotel mas barato. La noche nos costó 18 euros, el hotel estaba casi sobre el mar, desde la ventana lo podíamos ver. Una muy buena ubicación. Se llamaba Alpha Océan.
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Una vez instalados rajamos para intra muros por la playa. Antes de entrar almorzamos una picadita (eran las 12 aprox). Atamos las bicis y entramos. Ahí gastamos casi todo el día recorriendo. Buenismo, la verdad que es muy muy lindo. Saint maló era una ciudad fortificada situada antes en una isla, ahora en una península. Que ha sido cuna de innumerables corsarios, se ha caracterizado siempre por los deseos de sus gentes de autonomía tanto respecto las autoridades francesas como bretonas.
La notoriedad de los corsarios de Saint Malo, llegó a ser tal que hicieron pagar tributo a los barcos ingleses que pasaban por el canal. Hay que decir que un corsario no es lo mismo que un pirata, aunque sea difícil distinguirles por sus acciones. Un corsario era un navegante con un barco armado, con un permiso concedido por un gobierno (patente de corso) que le permitía atacar barcos mercantes de una potencia enemiga. El coste de armar los barcos era asumido por inversores, que esperaban recuperar su inversión con las acciones de este barco. Sin embargo, a veces los corsarios no limitaban solo sus acciones a tiempos de guerra o a barcos enemigos y también atacaban neutrales. Si eran capturados eran tratados por el enemigo eran tratados como prisioneros de guerra y si volvían con un botín tenían que compartirlo con la corona.
Durante la Segunda Guerra Mundial sufrió severos bombardeos que produjeron serios daños en algunas de sus murallas y así como en el centro. Pero cuando acabó el conflicto fueron reconstruidos tal como eran.
Como curiosidad decir que los primeros habitantes de la islas Malvinas provenían de Saint Malo.
En el siglo XIX empezó a convertirse en un gran destino turístico y hoy lo sigue siendo, llegando a cuadriplicar su población de 50,000 personas en verano. Sin duda un lugar digno de visitar por su historia así como por la majestuosidad de sus edificios de la villa intramuros, sus murallas, su castillo y la catedral de Saint Vincent.
(Estas no son palabras mías pero en fín... lo explica mejor de lo que yo podría)
A la tarde pasamos por el acuario, no entramos porque estaba caro. Estábamos cansados para ir a otro lado. Así que nos fuimos al hotel, nos bañamos, comimos y a la noche nos fuimos a tomar unas cervecitas en el bar de la vuelta.
Al otro día salimos para Dinar, pedaleamos como negros para llegar, y a esa altura el negro manguera estaba haciendo un muy buen trabajo. Dinar tiene unas playas hermosas con unas casas espectaculares, se nota que hay mucha papota en el ambiente. Al mediodía almorzamos en la playa. Y comenzamos el regreso a pié por el costado de la playa. Buenisima la vista. Se podía ver las dos ciudades que iluminadas por el sol del mediodía hacían un paisaje único.
Entre pito y flauta llegamos a las 15:00 estábamos cansados para ir a otro lado, así que pagamos 3 euros y cambiamos los pasajes. Salimos a las 15:50, cuando llegamos a Rennes, estaba lloviendo. Esperamos que parara un poco pero nos agarró a mitad de camino. Llegamos mojados, cansados, con frío y hambre. Me bañé, comí y me dormí todo. Ahora mi traste está mejor y tengo una montaña de ropa para lavar. Pero quien me quita lo bailado?
Salut!.
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