Hace varios años las cámaras eran costosas y no accesibles por la sociedad, el rol del fotógrafo era más importante ya que la gente sólo conseguía una fotografía por medio del fotógrafo. El profesional asistía a eventos para plasmar unos instantes de lo ocurrido, solo pocos podían hacer esto. Luego la revelaba y la guardaba en su archivo.
Antes una pequeña institución que quería buscar fotos de sus acontecimientos sólo tenia que ir a la casa del fotógrafo.
Cuando las cámaras bajaron el costo, la fotografía empezó a ser un tema familiar. Tanto el rollo como el rebelado empezaron a hacerse accesibles y la gente empezó a utilizar las cámaras.
La tecnología de las fotos rebeladas tenía muchas ventajas ya que cada uno sacaba la foto que quería y después la rebelaba y la guardaba. De esta manera el trabajo de los fotógrafos se concentro en grandes eventos o en personas de la alta sociedad.
Hoy en día las fotos digitales se guardan en una computadora, la falta de costumbre de hacer back ups hace que aveces se pierdan. Desplazados por las fotos digitales los fotógrafos no asisten a eventos de pequeñas instituciones.
Estas cosas hacen que piense que las pequeñas instituciones que quieren mantener una parte de su historia mediante fotos, deben preocuparse por mantener su propio catálogo con fotos incentivando a las mismas personas para que les envíen las fotos.
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